lunes, 12 de agosto de 2013

- DÍA 15 Y FÍN - UN VIAJE INOLVIDABLE

Despertamos el ultimo día aquí y vamos a la ciudad a la ultima sesión de masaje de Julia y comprar las ultimas cosas para la vuelta. Al llegar, preparamos las maletas, jugando con los pesos y con el equipaje de mano vamos llenándolas y dejándolas listas para partir.
Despedimos a los primeros que parten, Victoria y su marido, que viven en Moscú. Lagrimas en las mejillas, pero al mismo tiempo risas, muchos sentimientos encontrados. Se alejan en el coche mientras la abuela bendice el viaje para que vaya todo bien.
Por la tarde de nuevo a la ciudad para despedirnos de la prima de Julia, su marido y la pequeña Sófia. Tomamos champan y bombones y hablamos con ellos un rato, y de vuelta a casa de nuevo.
Preparamos cena, que hoy sera con una mesa bien llena de platos diferentes y todos juntos. Después de cenar nos quedamos en el jardín de la abuela, hablando y tomando té, ya que ha la 1 de la madrugada tenemos que salir hacia el aeropuerto. Llega el momento de partir y de nuevo sollozos ya que solo en este momento del año es cuando coincide toda la familia junta. 
Los primeros momentos en el coche un silencio triste reina en el coche, pero poco a poco se recuperan los ánimos. Tres horas en coche hasta Rostov, intentando pegar alguna cabezada sin mucho éxito. Llegamos al aeropuerto y largas colas en todos lados. Control de pasaportes, facturar maletas, mas controles y por fin al avión. Dos horas de vuelo hasta Kiev intentando de nuevo dormir, pero no solo es imposible, sino que se gana un dolor de cuello y muscular importante.
Ya en el aeropuerto de Kiev otra cola para hacer el transbordo, y un nuevo control de pasaportes. Cogemos el avión con un retraso de 1 hora.
Viaje de tres horas hasta Barcelona, ya muy cansados y con bastante sueño. Llegamos por fin, después de 12 horas desde que salimos de Volgodonsk. Solo veo camas donde poder dormir por todos lados. Nos recoge Javi, que no solo me ha echo de canguro con los niños sino que también lo hago hacer de taxista. Mil gracias por facilitarnos el viaje. 
Llegamos por fin a casa, y después de 15 días en Rusia lo único que puedo hacer es sacar buenas conclusiones y lamentarme por no haber podido ir antes.

He vuelto fascinado de esa ciudad. Como los tópicos se rompen rápidamente cuando conoces la realidad, cuando por fin te puedes crear una opinión de lo que has podido ver tu mismo. Borrachos de Vodka todo el día, dice la mayoría, que son fríos dicen otros, he podido ver que ni por asomo.
Una ciudad que parece estar 15 años por detrás nuestro, por infraestructuras y costumbres, pero que poco a poco se van renovando, que no se cierran al cambio y a crecer. Un lugar donde la gente sabe vivir sin necesitar grandes lujos. Parecen vivir en algo así como un caos controlado, donde no hay normas para todo, ni leyes o normativas con el único objetivo de recaudar dinero.
Ya sentía cariño hacia esa parte de la Tierra, sin conocerla, por ser mi pareja de allí, pero ahora amo ese trozo de mundo, porque ya no solo es mi pareja, sino que ahora tengo parte de familia allí, que me ha tratado estupendamente, como uno mas de ellos. Espero poder volver pronto.

Hasta aquí el viaje y el blog. Gracias a todos los que lo habeis seguido y espero haber transmitido algo de la experiencia que yo he vivido.

sábado, 10 de agosto de 2013

- DÍA 14 - A LA BUENA VIDA

Despertamos este viernes sin tareas matinales programadas, así que aprovechamos para poner orden a la casa. Recogemos cocina, habitaciones, barremos suelos y fregamos. El desorden es grande, pero es totalmente normal cuando transformas una casa en albergue. Pasamos lo que queda de mañana a la sombra ganduleando un poco hasta la hora de comer. Para no perder las buenas costumbres plato de sopa con sus acompañantes mas fieles en la mesa, saló, cebollino, embutidos, adshika y pan con mayonesa. De segundo unos creps salados, rellenos de hígado, cebolla y patata.
Acabamos de comer y ha estirarse para que la digestión no sufra. Acabado el descanso nos vestimos, ya que Svetlana tiene hora en casa de una abuela que se encuentra pasada la carretera y unas vías para trenes de mercancías, sin señalizar ni nada que se le parezca. Para que tiene hora en casa de una abuelita? pues para que le realice una sesión de curanderismo, y es que aquí se cree fielmente en estas practicas, y algunas yayas del pueblo las realizan. Ella va porque sufre de fuerte migraña, y al no recibir ayuda de médicos opta por esta opción. 
Acabamos y cogemos un taxi para ir a una parte de la ciudad donde se hicieron las primeras casas. Llegamos y nos dejan en la entrada de un parque muy grande. Un arco grande con el nombre en un cartel de piedra adorna el acceso. No vamos a adentrarnos mucho en el ya que a la izquierda esta el restaurante a donde vamos. La fachada simulando un molino, y todo lleno de flores y fuentes de madera, algo que nuevamente contrasta con la mayoría de cosas de Volgodonsk. 
Entramos y entre banquetes de boda que se celebran en carpas reservadas nos esperan los amigos. Pasamos por el lateral del molino y en la parte trasera una zona reservada para los niños, con columpios y en el centro un castillo enorme de juegos. Un camino deja la zona de juegos a la izquierda y lleva a caminitos que dan cada uno de ellos a una cabaña con una mesa redonda dentro y sillas con respaldo alto. Han reservado una y ahí es donde cenaremos, la verdad que un sitio precioso. Nos recibe una camarera que al igual que la cabaña es privada para nosotros ya que en la puerta hay un pulsador que acciona el aviso en una pulsera que lleva, por si necesitamos algo. La carta es extensa , con carnes, pescados, ensaladas y comida italiana. Hay otra carta también para la bebida ya que tienen infinidad de vinos para elegir. La comida buenísima, y el servicio todavía mejor. La camarera cada vez que viene retira las servilletas usadas solamente una vez y nos llena las copas. En las cabañas de los lados cumpleaños y reuniones importantes,que se intuye por sus vestimentas. En una carpa grande cercana una boda. Acabamos de comer y nos quedamos un buen rato hablando ya que el sitio es para aprovecharlo.Un amigo de ellos viene a vernos y nos lleva a casa.
Llegados, están todos en el jardín de la abuela. Nos duchamos y salimos con ellos a hablar hasta altas horas de la noche.
Una vez mas me sorprende el contraste que hay en esta ciudad dependiendo de a donde mires, o incluso mirando hacia un mismo lado. Puedes ir en un taxi sin morro con el motor al aire para que te deje en un sitio tan bonito y lujoso como el que hemos cenado.
A dormir.

jueves, 8 de agosto de 2013

- DÍA 13 - BUENOS MANJARES

Empezamos este jueves levantándonos temprano para desayunar rápidamente creps, y vestirnos para ir un día mas al masajista. Como casi siempre nos pasa a buscar un taxi que nos deja en la misma puerta. La manera mas fácil y rápida de desplazarse y a un precio de risa comparado con España. Julia termina su sesión y vamos caminando hacia una esteticién para que le hagan manicura francesa. La verdad es que la niña sabe cuidarse en su ciudad.
Acabadas todas las sesiones matinales de Julia, nos reunimos con Victoria que estaba haciendo no se que cosa por la zona, y nos lleva en coche hacia un restaurante pizzería que hay no muy lejos. Allí nos deja a los tres, Julia, su madre y yo. Son las 12 menos cuarto y tienen idea de entrar ya a comer,yo reniego un poco porque pienso que es muy temprano y que no tendrán aun ni la cocina abierta, pero me dicen que no me preocupe, que es una hora muy normal para comer aquí. Entro igualmente pensando que es temprano y que no habrá nadie, y mi sorpresa al ver que esta el restaurante casi lleno y la gente ya comiendo. Nos sentamos y pedimos, dos pizzas y unas mini ensaladas, que luego ni lo parecen, porque son unas satenes muy pequeñas con champiñones, pollo y cebolla, gratinado todo con nata y queso. Las pizzas son espectaculares tanto para la vista como para el paladar, un poco diferentes a las que se sirven en España, bastante mas jugosas.
 El restaurante lo tienen muy bonito, con un puente que cruza un rió y separa el salón en dos zonas, y una fuente de piedras con un molino en lo alto.
Acabamos de comer y caminamos un rato para bajar la comida, hasta coger un taxi que nos devuelva a casa. Llegamos y siestecita, ya que hemos dormido poco y después de esa comida es la mejor idea. Luego dicen que la siesta es tradición española pero aquí también es algo normal.
Me levantan después de una siesta de dos horas, que creo que con esa duración pierde su nombre para llamarse dormir simplemente, porque han preparado en el jardín de la abuela una merienda de nivel. Cerveza y cangrejos de rió, que solamente han comprado 10 kilos de nada.
Acabados los cangrejos vamos a trabajar un poco. Calcetines hasta las rodillas, guantes, camiseta fuera y a la parte trasera de la casa de Valentina a arrancar la mala hierba que a crecido entre lo que hay cultivado. Entre tirón y tirón recogemos alguna uva, unos tomates, alguna zanahoria, y remolachas. Me gusta esto del trabajo en el campo. Mientras trabajamos explicamos anécdotas que hacen que pasemos un buen rato. Rápidamente al acabar, ducha, ya que las piernas y brazos pican un poco por culpa de las hierbas.
Acabado de duchar voy a casa de la abuela donde están todos sentados bebiendo mas cerveza y comiendo. De golpe algo me toca el pie, una pelota lanzada por el primo de Julia desde el camino que separa las dos casa. Sabe muy bien lo que a echo, a tirado el anzuelo a ver si picaba el pez, y aunque estaba recién duchado obviamente a tenido una buena pesca. Salgo a dar unos toques con el mientras se va añadiendo mas gente, hasta que acabamos improvisando un mini partidillo que nos hace disfrutar a todos.
De vuelta a la ducha antes de cenar. Comeremos mantii la especie de tortelinis gigantes rellenos de carne picada y cebolla, mojados esta vez con mostaza super picante. Acabamos de cenar y charlamos un ratito mas con mi inseparable traductora al lado.

Alguna serie y a dormir.

miércoles, 7 de agosto de 2013

- DÍA 12 - EL PRECIO DEL DINERO

Dobroe utro, así te dan los buenos días aquí, y a mi ya me sale sin pensarlo, al igual que muchas expresiones. Levantamos y preparamos el desayuno para Sófia, ya que hoy los tíos de Julia trabajan y Svetlana a salido un momento. Desayunamos los tres juntos, sin dificultad alguna ya que aquí los niños son de otra pasta, y la educación y el saber hacer las cosas y bien nada tiene que ver con la mayoría de niños en España. Aunque me pese decirlo así lo estoy viendo.
Pasamos la mañana haciendo tareas en casa hasta la hora de comer. Un platito de sopa, diferente de nuevo, es lo que nos dará la energía para la tarde, y a mi no me viene nada mal, ya que desde mi llegada aquí mi estomago no se a acostumbrado a la comida autóctona y hoy finalmente se me a puesto en rebeldía. La sopa me sienta de maravilla ya que noto que dentro de mi barriga algo ya empieza a funcionar. También es verdad que unas pastillitas me han tenido que ayudar.
Acabamos de comer y nos arreglamos para salir, tenemos una merienda-cena con las antiguas compañeras de trabajo de la madre de Julia, en casa de la encargada de todas ellas. Trabajaba en un laboratorio medico, así que cogemos un taxi para que nos lleve y que Svetlana entre a saludar a todas. Mientras tanto Julia y yo daremos una vuelta para que me enseñe donde bailaba de pequeña, que esta justo al lado. Pasamos primero por un mercado de fruta y verdura hasta llegar a una plaza enorme, y justo en el centro el edificio donde le impartían las clases de danza. Detrás del edificio un parque muy grande, lleno de arboles y flores que me da la sensación de estar en la montaña que aquí no tienen. Paseamos por dentro, encontrándonos cosas de interés, como un puente de piedra que cruza un pequeño estanque, una fuente con una escultura en medio, un parque de atracciones entre los arboles que nunca quitan, y en un sitio reservado algo que llama mi atención mas que lo demás, estrellas grandes de metal que representa cada una de ellas una ciudad importante de Rusia, y diferenciadas, la de Moscú que es un poco mas grande al ser la capital, y la de Rostov, que es la provincia en la que estamos, que es de color dorada.
Acabado el paseo nos encontramos con Svetlana y su ex-compañera y cogemos otro taxi para que nos deje en la casa donde se celebrará la merienda-cena. Llegando se ven las mismas calles de siempre, bacheadas y con bastante barro por las lluvias diarias, vallas que delimitan las casas echas con cuatro troncos y puertas de metal algo oxidadas. Picamos en una de ellas, y nos abre la dueña de la casa. Dentro otro mundo diferente. Un jardín cuidado con flores muy coloridas y con buena salud, dos coches en el garaje, uno de ellos recién comprado y no barato que digamos, y una casa moderna y espectacular, de tres plantas y con todo lujo de detalles. Cruzamos la casa hasta salir por una puerta trasera, ya que comeremos en el jardín trasero que es enorme. Al salir una barbacoa de obra, caminos echos de piedra que dan la vuelta a jardineras y huertos, arboles con manzanas, una mecedora....Justo en el centro una mesa con dos banquetas a los lados con patas de acero forjado formando dibujos y todo esto debajo de un tejado con enredaderas, una estampa sacada de un cuento. La mesa llena de platos diferentes, ensaladas, embutidos, pelemenii (tipo tortelinis grandes rellenos de cebolla y carne), y en la barbacoa haciéndose pescado y brochetas con patatas y bacon, vamos todo un banquete. Los dueños, la encargada de ellas ya mencionada anteriormente y el marido que trabaja haciendo radiografías. El hijo esta estudiando para ser traumatólogo, y su reciente esposa que estudia fisioterapia, de mi edad los dos. Pienso que no deben de ir mal de dinero con esa casa y esos buenos trabajos que tienen, pero durante la merienda me sorprendo al saber lo que cobra la ex-encargada de Svetlana, 800 euros al mes, algo que en España seria un sueldo bajo, aquí es un gran sueldo. Comparando facturas de gas, agua o luz se llevan las manos a la cabeza al saber lo que nosotros pagamos, o lo que para ellos 25 euros (1000 rublos) que es lo que vale hacerse unos análisis de todo tipo, es mucho y para nosotros 25 euros ya no es nada. Es escalofriante ver como el precio del dinero es diferente dependiendo donde estés, y que el que tiene poder y tiene para manejar puede aprovecharse de esta situación. 
También, como en cada casa donde he estado, contesto preguntas sobre curiosidades que tienen de España y ellos contestan a las mías. Y como no, acabamos hablando de fútbol, ya que el Barça gusta y mucho. El hijo de ellos me regala una bufanda del Zenit de Sant Petersburgo, ya que le digo que es el club que mas me gusta de Rusia, y da la casualidad que su padre en uno de sus viajes le trajo una del mismo estadio. Bebemos, comemos y hablamos en ese jardín que se esta de maravilla. Ya llegada la noche, nos despedimos dando las gracias, yo incluido y en ruso, porque la verdad es que se han portado de maravilla y nos han echo estar muy a gusto. 
Volvemos a casa y la familia esta en el porche de casa la abuela cenando, y tomándose unos chupitos de vodka para celebrar la llegada desde Moscu en coche del marido de Victoria. Nos unimos a ellos para ponerle la guinda al día.
Es increíble como el que lo tiene todo en Rusia (hablando de lo material ) un buen coche, una espectacular casa, un barco.... en otro país con ese sueldo no solo no podría tener esos lujos sino que le costaría llegar a fin de mes.

Ducha, parloteo y ha dormir

martes, 6 de agosto de 2013

- DIA 11 - A CARGAR PARA LA VUELTA A CASA

Hoy es martes y la vuelta a casa cada vez esta mas cerca, así que tenemos preparada una mañana de tiendas para comprar para España. Despertamos temprano porque la Julia tiene masajista a primera hora de la mañana. Desayunamos rápidamente mas o menos lo de siempre y nos vestimos y arreglamos para esperar la llegada del taxi que hemos llamado.
El taxi nos deja en la puerta del masajista. Julia disfruta de una nueva sesión de masaje, y acabado vamos a caminar por la ciudad en busca de tiendas donde poder adquirir lo que queremos. Cogemos una furgoneta autobús y vamos a una zona nueva donde aun no había estado y que hay bastantes tiendas donde poder encontrar todo lo que queremos.
Llegamos a una zona de galerías y tiendas, que como ya dije no suelen estar en locales en la parte baja de los edificios, sino que son quioscos de chapa en medio de la acera. Las galerías si que están dentro de edificios, y son tiendas pegadas unas a otras sin nada que las separen. Caminamos mucho durante toda la mañana, de tienda en tienda. Quioscos donde se vende pan de todo tipo, otros donde hay ropa interior, otras con cosas para el hogar, una que tiene mucha variedad de chocolate y bombones. Es en la ultima donde cargamos una bolsa bien grande que sale por muy poco dinero. Se nota que no e venido a un lugar turístico, sino que por así decirlo estoy metido mas en las entrañas de Rusia, porque buscamos regalos para familiares amigos, como matrioskas, o unos simples imanes de nevera, sin mucho éxito. En este paseo de tienda en tienda, me cuentan que estamos en el barrio donde Julia vivía de pequeña, y me enseñan el piso donde se crió, o la guardería donde iba de pequeña, hoy todavía llena de niños jugando en los columpio
s.
Caminamos un rato largo hacia otras calles donde también hay tiendas de todo un poco, a ver si esta vez tenemos mas suerte con los regalos. Y acertamos, ya que bajando unas escaleras, ya en el sótano de un edificio, una tienda muy pequeñita pero que tiene muchos objetos curiosos y característicos de Rusia para poder regalar. Compramos matrioskas, imanes, y objetos decorativos varios.
Después entramos a un ultramarinos a comprar leche. En casa de la abuela sobra la leche ya que se la compra a la vecina directa de las ubres de su vaca, pero a madre de Julia tan entera no le gusta y queremos desnatada. Mi sorpresa cuando la leche aquí no va metida en un tetrabric, sino que esta envasada en unos paquetes, que al menor pinchazo la lías. Aquí usan mucho esa forma de envasar, no hay mucho cartón ni potes de plástico, como pasa con los ketchups o mayonesas, que son unos paquetes con tapón de rosca. La verdad que para guardar en la nevera están mejor para no ocupar mucho espacio. Acabamos todas las compras para volver caminando a casa.
Llegados preparamos mesa para comer sopa nuevamente. Es un plato bastante común, cocinado de muchas maneras diferentes, ya que en invierno es necesario el tomar platos bien calientes. tambien hay en la mesa lo típico de siempre, el plato de pepino y tomate, el tocino, adshika y esta vez una mostaza preparada por la abuela. Me dan un poco untada en pan para probar, y se ve la traición saliendome por los lagrimales, porque la salsa pica exageradamente. Pero esta buenísima y dan ganas de mas. Todos reímos al ver nuestras caras después de probarla.
Acabamos de comer y tarde de siestas, y charlas en el jardín. Otro buen rato para empaparme de anécdotas y vocabulario.
Llega la noche y preparamos para cenar, un despliegue de platos en la mesa, tipo buffet libre. Ensaladas, sándwich, paella que sobro domingo y que ya sabemos que esta mas buena que recién echa, ensaladas, calabacín rebozado, etc. Y de postre té con bombones y pastitas.
Acabamos de cenar entre cuatro gotas que están cayendo, y cada uno a su casa.
Ducha, película y ha dormir.  

lunes, 5 de agosto de 2013

- DIA 10 - DONDE SE UNEN EL DON CON EL VOLGA

Hoy empieza mi segunda semana en tierras Rusas. Levantamos temprano como de costumbre, y a desayunar. Té para despertar y una especie de churros planos que untados en mantequilla y con queso están de vicio. Acabados de desayunar nos vestimos, ya que el tío de Julia nos llevará a la ciudad . Iremos Valentina, la tía de Julia, Svetlana, su madre, Sófia la sobrina, Julia y yo.
Hoy visitaremos a una compañera de trabajo de Valentina, que en sus momentos libres también trabaja para una empresa que distribuye productos medicinales naturales. Ella realizo unos estudios que la acreditan para poder ejercer esa profesión. Llegamos a su piso y al entrar la misma rutina de siempre, presentaciones, y a dejar los zapatos en la entrada para ir descalzo. Entramos en un despacho/consulta que tiene montado, y encima de la mesa un super microscopio conectado al ordenador, para verlo todo mas grande. Realiza análisis de sangre en su propia casa, sin ser nada ilegal. No extrae la sangre del brazo porque sino si que iría en contra de la ley sino que solamente necesita una gota del dedo. Analiza las sangres de Sófia, Julia y Svetlana, quedándome fascinado de verlas por el monitor, y atendiendo a las explicaciones que pasan a través de mi traductora. Después de analizar y de comunicar los resultados, les recomienda lo que deben de hacer y los productos que deben de tomar, reiterando que todos son naturales. Todo esto lo hace gratuitamente, y a Julia parece que las recomendaciones y productos le han ayudado porque a reducido su nivel de colesterol notablemente.
Salimos del piso y caminamos durante un tiempo dirección al restaurante en el que vamos a comer. A mitad de camino nos tenemos que meter rápidamente en una tienda ya que nuevamente esta cayendo un aguacero impresionante. Esperamos a que afloje un poco para ir corriendo al restaurante. Llegamos un poco mojados, pero tiene recompensa ya que estamos en el lugar de la ciudad donde hacen los mejores chebureki, la masa fina rellena esta vez de carne y otros también de queso. Acompañado como no por piva, lo que en nuestro idioma seria cerveza.
Volvemos a casa en autobús, y para probar toda la clase de vehículos que tienen para esta utilidad solo me faltaba subirme al bus furgoneta. Entramos por lo que seria la puerta de carga lateral y en la caja que supuesta-mente debería ser para llenarla de mercancía lo que hay son 11 asientos y barras para sujetarse. Este transporte no necesariamente respeta las paradas de la ciudad, sino que lo puedes hacer parar donde desees. Estaríamos hablando de un híbrido entre autobús y taxi.
Estamos en casa haciendo el descanso pertinente para la digestión cuando de golpe llama una amiga de Svetlana para decirle que el cielo se a abierto y que hace una tarde idónea para navegar en su barco por el río Don. Así que llamamos de nuevo un taxi y nos vamos para su casa. Llegamos y nos montamos en el coche de ellos, el matrimonio y su hija mayor, par ir a donde tiene anclado el barquito.
Llegamos a un mini puerto, si así se puede llamar, y pasamos por la pasarela hasta la embarcación, montamos y a navegar. El barco corre muchísimo y reímos con el miedo de Julia y su madre. Nos lleva de paseo por todo el río Don, enseñándonos una presa que regula el nivel del mar y a su vez genera energía eléctrica para Volgodonsk.
Después un monumento que se encuentra en el centro del río saliendo de las aguas, y que es una barca echa de piedra con personas encima. En tierra justo donde se forma un pico una especie de torre de control para el paso de barcos.
El "patrón" de la embarcación nos lo hace pasar pipa, por lo menos a mi, haciendo un trompo y colocando al barquito de lado casi tocando con nuestras manos el agua. Seguimos nuestro paseo turístico por las aguas del Don, esta vez de forma mas lenta
y calmada, ya que montan una mesita y sorpresa, champan, fruta y bombones para merendar. Mientras tomamos llegamos a otra construcción, esta muy particular. Esta situada en el cruce del río Don con el río Volga ( cruce que da nombre a la ciudad, Volgodonsk ). Estos ríos tienen alturas diferentes así que el paso de barcos de uno a otro es imposible de realizarse sin nada que medie, así que los barcos entran por una compuerta y al cerrarse el nivel del agua sube o baja dependiendo del río por el que van a salir. Seria algo así como un ascensor para barcos. Vemos a uno de los barcos que han sido bajados saliendo por la compuerta.
Seguimos la ruta por el río pasando por entremedio de dos barcos petroleros, una imagen espectacular. Nos cruzamos con peces saltando, aves, pescadores, y casas con salida trasera directa a la orilla del río. Llegamos a puerto después de una buena experiencia, cogemos el coche y de camino a que nos dejen en casa.
Ya en casa cenamos una sopa que lleva patata, un cereal que solo e visto aqui, algo de cebolla y especies naturales. Lo acompañamos con una rebanada de pan con adshika, el pisto picante de la abuela. Después una taza de té, ya que las temperaturas durante el día son agradables pero por la noche refresca, y algo caliente no sienta mal.

Un día bastante aprovechado y con mas sensaciones nuevas. Ducha y a dormir.   

domingo, 4 de agosto de 2013

- DIA 9 - COMO UN DOMINGO CUALQUIERA

Despertamos con el hablar de la gente pasando para arriba y para abajo, Ya hay movimiento así que hay que levantarse. Desayunamos Blini, creps untados con mantequilla y un poco de azúcar, y té. Acabado el desayuno recogemos un poco la casa. La gente va haciendo sus cosas así que Julia y yo salimos a estirar un poco las piernas y damos una vueltecita por las calles del pueblo, acabando en la mini tienda para comprar unas olivas negras sin hueso, de una marca desconocida para mi, pero que según pone es española. 
Volvemos a casa y Julia y yo nos ponemos a hacer la comida. Hoy no comeremos nada ruso ya que haremos paella. Estos días hemos ido comprando ingredientes, de la forma que hemos podido encontrarlos, para que hoy mi familia de Rusia pueda probar un plato desconocido para ellos y tan identificable con España. Julia y yo nos ponemos manos a la obra y hacemos dos paellas de manera simultanea, un despliegue en la cocina de auténticos cocineros. Sabemos que no podrá salir una paella idéntica a la nuestra, ya que las especies no son las mismas, y el marisco a de ser congelado, pero intentamos que se parezca lo máximo posible. 
Mientras esperamos para comer viene la prima de la madre de Julia, y bajo su brazo un pato. Lo primero que se encuentra es mi cara de sorpresa y me quedo paralizado pensando "a donde va esa mujer con el pato". Julia se da cuenta de la situación y rápido viene a decirme en el oído que el pato viene para ser sacrificado por la abuela. Así es, traían al pato para que la abuela lo dejara listo para comer.
Momento de comer, todos van llenando sus platos y comiendo, y parece que el resultado es bastante bueno, ya que todos repiten y se nota en las caras que están comiendo a gusto. Acabados de comer y sobrando muy poco en las paellas, recogemos rápido, ya que estamos en el jardín y un día mas comienza a llover. Nos dirigimos todos a casa de Valentina y allí tomamos el té y charlamos durante un rato. 
Acabado el té todo el mundo se dispone ha hacer lo que se hace un domingo, estar tumbado viendo la tele, leyendo o simplemente hablando. 
La noche va llegando y es hora de cenar alguna cosa. Lo que hay me gusta mucho, vareniki s cartoska, de nuevo un tipo de pasta rellena de patata, puesto en la sartén con un sofrito de cebolla y tocino cortado pequeño, mojados en smetana, parecido al yogur natural que usan como si fuera mayonesa.
Acabamos de cenar y Julia y yo nos salimos un rato a la fresca, que hoy es considerable ya que ha bajado la temperatura bastante. 
Nos separan muchas costumbres de Rusia, pero parece ser que se pueden vivir los domingos de igual manera, comiendo todo el día, y sin hacer mucha cosa mas que descansar.

Ducha, película y a dormir. 

sábado, 3 de agosto de 2013

- DIA 8 - A PASEAR POR LA CIUDAD

Hoy despertamos sabiendo que sera un día de relax. Nos levantamos temprano, y al irnos a dormir tarde las horas de sueño son escasas, pero Julia tiene hora en el masajista así que hemos de ir a la ciudad. 
Nos pasa a buscar un taxi, que por poco es tirado por caballos de lo antiguo que es, pero por lo menos nos lleva y a un precio de risa al cambio a nuestra moneda. Llegamos un poco temprano así que toca esperar, casi durmiéndome. Acabado el masajista comenzamos a caminar, y es que la madre de Julia a quedado con una amiga y vamos a su encuentro para pasar la mañana juntos y ponerse al día de la vida de cada una. Nos encontramos en una plaza y vamos a una pastelería a desayunar. Pedimos lo de casi siempre, la masa rellena de carne y cebolla, que parece ser que sirve como desayuno, y cóctel, el combinado de leche, helado y sirope. Acabado el desayuno vamos a pasear por una calle un poco ancha, repleta de puestos de fruta y verdura, galerías donde venden generalmente ropa, cosas para la casa, figuritas, juguetes y ropa interior. En cada esquina se puede encontrar tiendas donde pone magazin que venden productos de alimentación o otros locales que son una especie de droguerías, donde hay utensilios de limpieza, cacerolas, vajillas etc. Paseando nos topamos con un pequeño parque donde en el centro hay un monumento. Escaleras por los cuatro costados que suben hasta una cúpula que en el punto mas alto esta la figura de un ángel, y en el interior de la cúpula unas placas escritas en homenaje a militares fallecidos durante la guerra. La gente deposita coronas y flores, y encima de la piedra pan y bebida a modo de ofrenda. 
Acabado el paseo nos despedimos de la amiga y volvemos a casa en tralebus que son los autobuses eléctricos alimentados con cables de alta tensión. Al subir no pagas al conductor ni tienes que picar tarjeta alguna, es una mujer la que se te aproxima para que le des el dinero a cambio del tique. Llegamos a nuestra parada y caminamos un poquito mas hasta casa, en medio de una fina lluvia. 
Al llegar ya es medio día y preparamos mesa en el jardín. Conforme va viniendo la gente de hacer sus cosas se va sentando a la mesa. Comemos pilimini, algo parecido a unos raviolis, rellenos de carne, que se puede comer con sopa o secos. En este caso sera con sopa. La sopa siempre a de estar acompañado con salo, que es tocino, cebolla y verdura del huerto cortada. En este caso también hay adshica, un pisto de verduras con algo de picante que se unta en pan y que la abuela hace muy bueno.
Terminados de comer, tarde de relax. Primero siesta y despues tumbado en el sofá del porche, con una temperatura perfecta. Esa será la tónica hasta lo hora de cenar. En esos momentos de relax es cuando aprovecho para preguntar miles de dudas que tengo en la cabeza y empaparme de vocabulario ruso.
De cena pruebo un plato parecido al arroz con leche, pero que se ve que aquí no es un plato de postre. Al no tener canela ni limón tampoco resulta raro comerlo para cenar. Y de segundo revuelto de patatas, con pimientos, berenjena y cebolla. De momento ni rastro de la ensaladilla rusa ni los filetes rusos.  
Eso es todo por hoy, un día al parecer tranquilo en el que igualmente conozco cosas nuevas y me empapo mas de esta cultura. Ningún día es en balde. 


Ducha, película y a dormir

- DÍA 7 - LOS JÓVENES SALIMOS DE BARBACOA.

Despertamos temprano Julia y yo y a desayunar. Un poco de té y embutidos, creps y cosas varias que cogemos de la nevera. Después limpiamos un poco la casa antes de hacer lo que hay preparado para hoy. Saldremos de barbacoa todos los jóvenes juntos, cosa que promete diversión.
Al medio día llegan todos a casa con las provisiones para la barbacoa, carne, verduras, bolsas de patatas y bebidas. Preparamos la carne como es típico aquí, metiendo en un bol con mayonesa pimienta y mucha cebolla, que le da un sabor buenísimo y hace que la carne no quede seca al hacerla al fuego. Preparado todo a los coches y para Zimlianzk un pueblo que se encuentra al lado de lo que ellos llaman mar pero que es un lago ya que el agua es dulce y no tiene marea, pero que si que es verdad que es enorme ya que no ves los bordes contrarios. El pueblo vive del vino y el pescado, asi que todo el mundo tiene viñas y sale a pescar. Llegamos al sitio donde vamos a hacer la barbacoa, un lugar donde están simulando ser un pueblo cosaco, antiguos militares rusos. Aun no esta construido del todo pero ya se dejan ver las casas con tejados de paja y barriles por todos los lados.
Hablamos con el dueño del lugar y nos dice que no tiene problema en que hagamos una barbacoa ahí, y nos dirige a una casita que tiene un porche con una mesa grande que nos sera muy útil para pasar un buen día. Sacamos todas las bolsas de los coches y después nos vamos al mar. Allí hay lo que es una playa, arena y agua donde la gente va a comer y bañarse. Lo único que rompe el paisaje son las montañas de basura al lado de cada árbol, bolsas, botellas, papeles etc. La gente es un poco guarra, pero quizás pasaría lo mismo en España solo que allí pasa alguien luego a limpiarlo cosa que aquí no pasa.
 Volvemos del mar después de habernos mojado un poco los pies, y los que se han quedado han puesto mesa y
desplegado platos con verdura, patatas y bebidas. Para que me sienta como en casa me compran Heineken, que la acompaño con unas patatas con sabores diferente a las que hay en España. En el grupo va un chico que vivió durante un tiempo en España cosa que me va perfecta para poder mantener una conversación sin problemas. Hablamos durante un rato de Rusia y España y a comer. Traen la carne, que ayudo a pasarla con vino típico del pueblo, que me explican que se elaboran con 3 uvas diferentes y que solo se hace allí. Una de las chicas, y el que sabe español son hermanos y tienen una bodega, así que saben de que me hablan. Las botellas de bebida en Rusia son mas grandes, la de vino es mucho mas gorda y los botellines de cerveza son de medio litro. Acabados de comer, nos hacemos fotos con el atrezzo que tienen montado allí, vamos a ver una pequeña granja con animales y jugamos. El juego sera el típico de las películas, solo que aquí vale cualquier palabra. Sin saber ruso la cosa se complica un poco mas, pero con mi traductora y mi insistencia me defiendo bastante bien ganando bastantes partidas. Nos lo pasamos muy bien y me siento a gusto y integrado.


Antes de irnos llega un grupo montado a caballo, y resulta que por un módico precio te dejan montar en ellos y ir por el lado del mar. Al ser tarde montamos a la sobrina pequeña de Julia y le dan una pequeña vueltecita, y por su cara parece mas que suficiente. Siendo ya de noche desmontamos el chiringuito y para casa.
Al llegar ducha y cena espectacular, pizza casera impresionante. Una masa gorda pero jugosa con una montaña de ingredientes que ni logro adivinar que son. Tengo que desencajar la mandibula para lograr meterme esa torre en la boca.

Veo el Joan Gamper con paseo del Barça y a dormir. 

jueves, 1 de agosto de 2013

- DÍA 6 - Y DIOS BENDIJO VOLGODONSK

Hoy a las 8.30 ya no me aguantaba en la cama y tenia ganas de empezar el día. Desayuno con la madre de Julia y Valentina, pan con queso y té. A Julia le toca reajustar su cuerpo en el masajista así que voy a despertarla para salir enseguida.
El masajista esta en una zona aun desconocida para mi, así que voy con los ojos bien abiertos porque se que algo nuevo encontraré. Y así fue, bloques de pisos nuevos por todas partes, calles bonitas, llenas de arboles y plantas cuidadas. Me da la sensación que esta es la zona cara de Volgodonsk. Los locales son escaleras que llevan a la parte mas baja del edificio, y es ahí donde Julia disfruta de una sesión fisioterapeutica.
Acabada la sesión caminamos durante un buen rato para encontrarnos con Victoria que esta con Nikita, su hermano, en otro fisio. Durante el camino mas edificios nuevos, escuelas y guarderías, una pizzeria con una terraza donde comer estupenda, y el Hospital central, tan grande que todos los pueblos hasta Rostov son tratados ahí. Esta zona es algo mas parecida a lo que conozco. Aun así la gentileza de los coches al pasar las calles brilla por su ausencia, ya que en los pasos de peatones tienes que ir esquivándolos.
Victoria y su coche nos recogen en una calle para llevarnos a hacer una visita que esperaba con ilusión. Hoy vamos a ir a la iglesia. En otras condiciones no seria así pero hoy tengo muchas ganas de ir a la casa de dios, ya que es algo muy característico de Rusia esas edificaciones con una especie de cebollas como cúpula en sus tejados y muy coloridas. Llegamos a una iglesia de reciente construcción con un aguacero, otro día mas. Cuando la lluvia para, porque aquí empieza y acaba sin darte apenas cuenta, vamos hacia adentro. Las mujeres se han de tapar la cabeza con un pañuelo y Julia que va con pantalón corto se pone uno a modo de falda para no enseñar pierna. Yo que voy con pantalón corto y chanclas entro tal cual. Machismo? pues parece, pero a lo mejor es por una razón mas de peso, que desconozco pero que me informare. Entramos y me encuentro con una iglesia que no me esperaba. No hay donde sentarse, no hay altar, en definitiva no hay nada parecido a lo que yo conozco por iglesia. Cuadros de santos alrededor de la pared, como si fuera una orla. En algunas partes están pintados en grupo. Cada uno representa una cosa, suerte, salud, trabajo etc. Delante de cada uno un atril donde poner velas muy finas, y en alguno de ellos el cirio se clava en arena. Jesús esta representado como no podía ser de otra manera en la cruz pero no preside la sala, esta en un costado y girado hacia un lado. Parece ser que no es lo mas importante en la religión ortodoxa. Ponen una vela en una imagen donde se ven a muchos santos con actitud protectora, que representa el cuidado hacia los difuntos para que estén bien allí donde se encuentren. Otra vela en el santo que te concede tus deseos. Me cuentan que las misas se hacen con todo el mundo de pie y que de vez en cuando se arrodillan. Salgo por la puerta contento de haber conocido algo que no me imaginaba de esa manera y que me a sorprendido mucho.
Vamos a una calle donde en la acera hay pequeños quioscos donde venden cosas varias, y en el centro unas galerías. Entramos en busca de regalos. A la salida, después de haber echo unas compras, vamos a una pastelería a comer y beber alguna cosa ya que es medio día y aun andamos por ahí. Impresiona ver los pasteles que se hace en Rusia, todos de colorines y dibujos diferentes, preciosos todos, parecen obras de arte. Bebemos un batido que allí llaman coctel, echo con leche, helado y sirope. Esta muy bueno y fresquito, en verano entra la mar de bien. Victoria compra un pastel para todos y a casa.
Llegados a casa nos disponemos a comer. Tenemos algo que en Barcelona Julia y yo comemos frecuentemente pero que aquí sabe diferente, carne con patata y zanahoria, gratinado con mayonesa y queso. Quizás sabe diferente porque aquí la patata, la carne y la zanahoria no llevan meses dando vueltas por intermediarios y supermercados. Acabados de comer a descansar un poco, esta vez en el sofá y intercambiando cosas de nuestros países entre Victoria y yo. Lamentablemente me doy cuenta de que no solo estoy flojo en ruso sino que en ingles también.
Svetlana, madre de Julia, y Valentina se van a ir a recoger patatas, y yo no dudo en querer probar. Me meto en el huerto, me enseñan como hacerlo y manos a la obra. Me encanta la vida de campo. Pequeñas para que coman las gallinas y grandes para nosotros, y en cada palada muchos tubérculos brotan de la tierra. La patata es muy utilizada en Rusia así que tener un huerto donde sacar muchos kilos es una gran idea. Ademas durante el invierno no hay quien consiga nada, pero esta familia tendrá provisiones en el sótano.
Nos sentamos todos a cenar, bueno como siempre todos los que andamos por ahí y tenemos hambre. Comemos piraski, rellenos de huevo y cebollino unos y otros de hígado, que en principio si se lo que es no me lo como pero no e venido hasta Rusia a perderme algo por tener escrúpulos. Lo acompaño con cerveza, que en este caso es comprada a granel, y que la caducidad es de 3 días así que podéis imaginar lo casera y natural que es.
Después de cenar puedo hablar por teléfono con alguien de la familia, mi tio Javi, que aunque con el whatsapp parece que estemos juntos, la voz sienta bien oírla. En la conversación me doy cuenta que esta experiencia me esta llenando de muchas cosas y que puedo estar horas contándolas. En esta ocasión han sido 45 minutos, sin dejar hablar a mi tío que habrá
descansado al colgar.

Ducha, serie y a dormir.  

miércoles, 31 de julio de 2013

- DÍA 5 - LOS BLOQUES DE PISOS MANDAN EN LA CIUDAD.

Comienza un nuevo día de en Rusia, y por suerte aun quedan unos cuantos. Hoy Valentina, tía y dueña de la casa que nos da cobijo, no trabaja, así que nos espera con un buen desayuno, creps rellenos de queso fresco y té.

Acabado el desayuno, todos tienen que salir a hacer recados, así que Julia y yo nos vamos a dar una vuelta por las calles del pueblo. Nos encontramos como no podía ser de otra manera gatos en todas las esquinas, que van esquivando coches para no ser atropellados. Julia lo pasa mal y no hacemos mas que recogerlos y dejarlos a un lado del paso. Muchas casas están descuidadas, pero otras son grandes y bonitas. A mitad del camino un perro se nos coloca al lado y pasea con nosotros, parándose a cada descanso nuestro. Ya casi llegando a casa una cabra atada a un árbol llama mi atención. Ahí pasamos un buen rato riendo ya que la cabra es muy graciosa a la hora de comer. Por cierto, esas tetas debían de ser ordeñadas con urgencia ya que le llegaban a la tierra. El perro a encontarado un nuevo amigo y nos deja ir.
Llegamos a casa y hacemos tiempo en el porche hasta el momento, y no hora porque aquí no hay horas, de comer. La madre de Julia viene de los recados con un plato típico de Rusia, pero de la zona asiática, echo con zanahoria rallada y otra verdura que tiene una textura extraña que no puedo describir. Sera nuestro entrante.
Hoy comemos mantii una especie de tortellinis ,echos con pasta casera,
rellenos de carne y cebolla, muy típico en muchos platos rusos.Mientras tanto un aguacero moja las calles.
Acabamos de comer y nos vamos a la ciudad que Julia tiene hora en el dentista..Despues vamos al centro comercial mas grande de la ciudad, a comprar chocolatinas, chips y guarrerias en general típicas de aquí. Terminado el aprovisionamiento vamos a visitar el piso de una tía de Julia, Olga. Llegamos al edificio y me sorprendo al ver los portales. En nada se parecen a los españoles, puertas de chapa metálica es lo único que se ve, y al entrar escaleras de obra, sin ornamento alguno, barandillas rotas, ascensores antiguos, pequeños y con mas ruidos que un sonajero, papeleras en cada rellano, que no son mas que un tubo bajante que pasa de planta a planta y un agujero en cada una de ellas con una tapa. En cada lado del rellano dos vecinos que comparten una puerta de entrada a un distribuidor donde están las dos entradas a los pisos. Los pisos por dentro son sacados de cuéntame, paredes con papel, alfombras en todas las habitaciones, y dos lavabos uno al lado de otro, uno para ducharse y el otro para hacer las necesidades. Entramos al comedor y mientras hablamos comemos piraski, masa rellena de diferentes cosas. Para beber un vaso de campot, zumo natural de frutos rojos.
Salimos de ese bloque para ir a otro, esta vez al de Katia, la prima de Julia que vive con Maxim, su marido, y Sófia, la sobrina pequeña de Julia que es una monada. Nos enseñan el piso y bajamos todos juntos ya que la pareja a de trabajar y nos llevamos a Sofia a casa con nosotros. En este bloque no funcionaba el ascensor y tenemos que subir 9 plantas por esa escalera medio en ruinas como todas las de la ciudad.
Al llegar Julia y yo preparamos la cena, que hoy es rápida y sencilla pero que le gusta mucho a Julia. Simplemente se pela y se pica la patata del huerto de la abuela haciendo una pasta, se mezcla con huevos de nuestras gallinas, un poco de harina, sal y una pizca de levadura. Esta mezcla se va cogiendo con una cuchara y poniendo en aceite caliente y listos.
Acabamos de cenar y Vladimir, el tío de Julia me enseña fotos de militar, de bombero, de su boda etc.
Escribiendo esto me doy cuenta que es mucho mejor vivir en las afueras en una casita, aunque sea antigua, que en el centro en un piso, y eso que según me cuentan, la casa sale mas económica.
Una serie en el Ipad y a dormir


martes, 30 de julio de 2013

- DIA 4 - DIA LLUVIOSO EN VOLGODONSK

Hoy el día empieza tarde para nosotros, ayer nos acostamos tarde y había que estirar mas la mañana en la cama. Despertamos entrado el medio día y sorpresa para desayunar, Blini, lo que viene siendo el crep en nuestra lengua. Aquí lo acompañamos con mermelada casera echa por la Yaya, elaborada con visnia un fruto rojo parecido a la cereza pero mas pequeño. Otros creps son untados con mantequilla y azúcar. Para beber a ver si adivináis, correcto té.
Hay quien sigue durmiendo ya que se han levantado temprano y ha agotado energías pronto, otros como yo y Julia vemos una película. Ademas el tiempo acompaña porque caen chuzos de punta.
Una cosa que caracteriza la vida aquí, no se si sera ahora porque somos muchos, o durante el año se comportan igual, es que no hay hora de comidas, se come cuando se tiene hambre y cuando coincidimos todos o unos cuantos en casa. Ademas los horarios laborales son raros, y mas tío y primo de Julia que son bomberos y desaparecen durante unos días y luego están aquí otros.
Después del descanso de todos llega el momento de que unos cuantos comamos. Esta vez sera dentro de la cocina de casa la abuela, ya que fuera llueve con insistencia. Para comer hoy tenemos otra sopa nueva, echa con pollo, patata, y espinacas, que le da una tonalidad verde que a mi cuñada le encantaría, o mas bien no.
Acabamos de comer la sopa, acompañada de embutidos del lugar y tomates y pepinos frescos del huerto, y nos vestimos para ir a que me enseñen un poquito mas de la ciudad. Nos acompañan en coche de nuevo el tío de Julia que sabe ir a los sitios bonitos de visitar y su prima. De camino a lo que me quieren enseñar paramos con el coche en un negocio que se dedican a tapizar y arreglar partes interiores del coche. Solo es una habitación con cuatro maquinas de coser con cuatro rollos de tela y un descampado lleno de barro por el tiempo donde desmontan puertas y sillones. Simplemente con estas herramientas, hacen un trabajo mucho mas pulido de lo que yo he podido ver.
Sergey pide hora y seguimos la marcha. Durante el camino Julia me enseña edificios donde su madre y ella hacían sus rutinas diarias cuando vivían aqui, trabajos, escuelas, casas de amigos etc. Llegamos a la cuenca del río Don por su paso por la ciudad y buscamos un camino que nos tendría que llevar a una presa que regula el nivel del agua para equipararlo al nivel del río Volga que lo cruza.Todos los caminos han sido cerrados y custodiados por cámaras para que la gente no pase. Podemos llegar hasta un mirador donde
podemos ver el agua estancada formando un lago enorme. Por este río pasan barcos petroleros larguísimos. Mientras disfrutamos de las vistas empieza a caer otro aguacero que nos hace ir corriendo al coche y hacer el resto de la ruta por la orilla del río en vehículo.



 Después de ver monumentos y mas barcos nos vamos a un centro comercial de nueva construcción. Al entrar me vuelvo a ver en un ambiente conocido antes. tiendas de ropa, de electrónica, cines, restauración etc. Damos una vuelta y entramos en el supermercado a comprar 4 cosas, entre ellas ingredientes para hacer una paella y que la prueben en Rusia. El super si que no es como lo conocido. Poco producto y la mayoría conservas.


Volvemos a casa y nos esperan con una cena que me encanto. Pescado frito cogido del mismo río donde habíamos estado por la tarde, y bien fresco. Para beber, vino comprado en el centro comercial, que no es un rioja pero esta realmente bueno. Una ensalada de tomate y pepino fresco se encuentra de nuevo en la mesa. Hay que aprovechar que se tiene alimento bueno cerca. El sabor de estas verduras no se parece en nada a lo comprado en un supermercado de ciudad.
Acabamos de comer y nos quedamos un rato contando anécdotas y riendo, y en este tiempo me doy cuenta que cada vez me hace falta menos traducciones de Julia, no porque sepa de golpe ruso, sino porque entiendo algunas cosas que me hacen seguir el hilo, y porque hemos encontrado maneras y unas pocas palabras para poder comunicarme.

Ducha, Barça y a dormir. 

- Día 3 - VOLGODONSK, ROSTOV Y RECOGIDA DE MALETAS PERDIDAS

Otro día mas amanece en Volgodonsk y esta vez nos levantamos mas temprano ya que estamos descansados. Salgo de la habitación con la incertidumbre de quien me voy a encontrar ya que voy sin mi traductora, y saludar lo llevo bien pero como quieran mantener una conversación mal lo tenemos. Gracias a dios solo pasa un tío de Julia que únicamente me dice buenos días, y eso lo entiendo y lo respondo. Desayunamos lo típico que nos vamos a encontrar en la mayoría de días, pan tostado con mantequilla y unos embutidos típicos, con queso que me encanta, todo esto acompañado de té, como no podía ser de otra manera. Todo el mundo hace sus rutinas diarias, así que nos ponemos con madre de Julia a limpiar un poquito la casa, ya que la anfitriona trabaja, y el pasar continuo de gente y la falta de tiempo hace necesaria nuestra ayuda.
Acabadas las rutinas matinales nos disponemos a comer. Hoy a petición de Julia toca Labsha, una sopa de caldo de pollo, con pasta casera y patata , todos los ingredientes naturales de la propia casa de la abuela. Esta sopa la acompañamos con pan y mayonesa, y Salo que es como un tocino del que comemos en España.
Acabamos de comer y de tomar el correspondiente té y un tío y prima de la Julia nos lleva a la "ciudad", donde nos espera la tía de Julia. Tenemos que ir a comisaria para registrar mi llegada e estancia y que no me escape. Me encuentro cosas muy curiosas que llaman mi atención. Primero los autobuses, muy antiguos, con cortinas en las ventanas y la gran mayoría de ellos eléctricos, alimentados con unos cables que cruzan todas las calles de la ciudad. muchos de ellos son furgonetas donde se apelotona la gente.  En cada parada una mini tienda de ultramarinos para que la gente compre durante la espera.
En todas las calles, abuelas sentadas en un taburete, vendiendo fruta, verdura y pescado fresco de su propia cosecha, se ganan algo de dinero ya que no hace falta decir que las pensiones son ridículas.
Gatos, por todas partes, callejeros que andan a sus anchas y que se dejan acariciar. Entiendo por que a Julia le gustan tanto, en Rusia los tienen por todas partes.
Otra vez el contraste de lo muy antiguo con lo moderno, coches antiguos y modernos se mezclan por las calles y con los edificios pasa lo mismo, construcciones recientes y construcciones de otro siglo forman la ciudad. Debajo de la mayoría de edificios tienen sótanos donde dejan conservas para poder comer durante el invierno, ya que en supermercados para esa estación no tienen productos.
Acabados los papeleos y un mini paseo Julia y su madre tienen dentista.. Mientras su madre esta en faena Julia y yo vamos a comprar merienda, en un quiosco de los que te vas encontrando por toda la ciudad, pedimos Cheburiki, una masa rellena de carne picada y cebolla que nos sienta muy bien.
Acabado el dentista cogemos un autobús, y volvemos al pueblo. Al llegar nos esperan con la mesa llena de comida. N
os sentamos todos juntos a comer en el jardín de casa de la abuela de Julia. Son las ocho de la tarde cuando acabamos, y nos preparamos para ir hacia Rostov a recoger nuestras maletas que ya han encontrado. El camino esta vez sera mas rápido ya que vamos con un tío y prima de Julia que tienen un coche moderno y podemos ir a mas velocidad. Aun así los desperfectos , que son muchos, de la carretera se notan igual, o incluso mas dado la velocidad. Por el camino zonas donde nos cae una tromba de agua, que dificultan mas si cabe la conducción. Llegamos al aeropuerto y rápidamente nos dan nuestras maletas.
El tío de Julia conoce la ciudad así que aun siendo de noche aprovechamos el viaje para visitar los sitios mas populares. Pasamos con coche por el centro de la ciudad, viendo teatros, el parlamento, tiendas, cine, etc. Esta zona es mucho mas parecida a Barcelona, muy bonita. Llegamos a un lugar donde vale la pena bajarse para verlo y disfrutarlo tranquilo, el Río Don. Un río muy ancho que llega hasta el pueblo de Julia y que tiene mucha historia, que no voy a contar ahora para no aburrir mas de lo que lo hago. Visto todo hacemos el camino de retorno, llegando con el amanecer a casa.
Ducha y a dormir.

domingo, 28 de julio de 2013

- DÍAS 1 Y 2 - VIAJE Y 1era TOMA DE CONTACTO.

Pues el día del viaje llegó. Salimos temprano por la mañana dirección el Prat, paramos hacer un bocadillo y llegamos al aeropuerto. A la hora de facturar, contratiempo nada extraño al parecer, ordenadores colgados y larga espera en la cola, acercándose la hora de embarque. finalmente podemos facturar las 3 maletas que llevamos con nosotros y subirnos al avión con algo de retraso. El primer vuelo perfecto, incluida la comida que nos sirven.


Llegamos a Kiev (Ucrania) y hacemos otra larga cola para enseñar pasaportes y pasar por el control policial. Ahí es donde me doy cuenta de que ya no estoy en España, aqui nada se toma a broma Militares en el aeropuerto y con muy mala leche, piden pasaportes a quien les apetece para ver que no seamos terroristas. Pasamos los controles sin problemas y hacia el segundo avión que ya nos llevara a Rostov. En el viaje me voy dando cuenta de que ni en Ucrania ni en Rusia, por lo menos por donde pasamos, hay una sola montaña, todos son prados y campos. Manolo me da a mi que por estos pueblos nos aburriríamos con la mtb. 
Llegamos a Rostov y me hacen rellenar un papel por ser extranjero y pasar un control mas. Vamos para la cinta donde tenemos que recoger nuestras maletas y nos encontramos un problemón, dos maletas no han llegado. Una hora de burocracia después y sin maletas salimos del aeropuerto y esta un tío de Julia esperándonos para llevarnos a Volgodonsk en coche. Dos horas y media de carretera de doble sentido, sin iluminar y con unos baches espantosos ( en este país no tienen aplanadoras ) nos separaban del destino final. Llegamos pasadas las 2:30 de la madrugada y allí no había nadie durmiendo, nos esperaban todos con los brazos abiertos, y a Julia y a su madre era de esperar que se alegraran muchísimo de verlas, lo que no me esperaba era el mismo recibimiento hacia mi, haciéndome sentir uno mas de la familia. 
Después de una ducha y cenar algo nos vamos a dormir.

Despertamos hacia el medio día, y ya con luz vemos la casa donde vamos a estar estos 14 dias. Grande y de reciente construcción que contrasta mucho con las demás casas del pueblo. El pueblo parece dejado de la mano de dios , pero tiene mucho encanto, dándome la sensación de estar en una película. Me sorprende muchísimo los tubos enormes del gas que cruzan calles y casas sin seguridad alguna. 
Comemos algo mientras van llegando mas familiares que nos van abrazando muy contentos. Por la tarde vamos preparándonos para hacer una barbacoa todos juntos. Julia y yo durante la espera vamos a una tienda que hay en la misma calle a buscar unos helados. La tienda es un ultramarinos pequeñita donde tienen lo indispensable. Mi primera toma de contacto con los rublos.
Nos sentamos para comer beber y reír, no sin dejarme de lado mi traductora durante este viaje. La comunicación se hace complicada, pero todos ponemos de nuestra parte, y sobretodo Julia que no deja pasar ni una para que no me pierda nada. Una cosa característica de los rusos es que durante las comidas familiares no dejan de brindar por escusas que se inventan para ello. 
Acabamos la barbacoa, y me siento mucho mas integrado y cómodo. Están muy pendientes de que no nos falte de nada, y sin tener maletas no es nada fácil. 



A ver una pelicula en el portatil y a dormir. 



viernes, 26 de julio de 2013

-Dia 0 - PREPARATIVOS -

No estoy en Rusia aun pero se podría decir que hoy empieza mi experiencia en este viaje, ya que es mi primera vez en avión, si no cuento los 15 minutos Barcelona-Menorca, y mi primera vez preparando un viaje tan largo en distancia y a un país tan diferente. Pasado el día puedo decir que odio tener que hacer maletas. Que tengo que llevar? ; ropa de invierno o verano? ; y sobretodo el miedo a que se me olvide algo. 
Ahora llegada la noche creo, y digo creo porque eso nunca es seguro, que lo tengo todo listo. Maletas echas, casa lista para abandonarla, gatos con sus padrinos (gracias Javi y Natalia) y despedida de familiares y amigos.Los nervios aun no se han apoderado de mi, mañana será otra cosa. Ahora a dormir y descansar que nos espera un largo día.